Participaciones Federales: “Manzana de la Discordia”

La distribución de ingresos públicos entre órdenes de gobierno. Hoy  conocido también como Aportaciones Federales para Entidades Federativas y Municipios, ha estado presente en la Constitución desde 1824 y 1857, pero al verse  delimitadas, se optó por un sistema de coincidencia de facultades tributarias que se plasmó en la Constitución de 1917, la cual fue evolucionando pausadamente al igual que la legislación en materia fiscal.

En 1980 con la Ley de Coordinación Fiscal se sentaron las bases para resolver la problemática del reparto desigual de las participaciones que eran manejadas en dos vías; las participaciones federales y los convenios de descentralización. Un año después, es decir, en 1998 se creó como una tercera vertiente del federalismo, el Ramo 33, Aportaciones Federales para Entidades Federativas y Municipios , donde se ceden por ley, los fondos descentralizados para el desarrollo social de estados y municipios, quedando atrás los convenios que se hacían hasta 1997.

Solo como referencia, el Ramo 33 consta de 7 fondos y que son los siguientes: Fondo de Aportaciones para la Educación Básica y Normal (FAEB) Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud (FASSA) Fondo de Aportaciones para Infraestructura Social (FAIS) Fondo de Aportaciones para el Fortalecimiento de los Municipios y del Distrito Federal (FAFMyDF) Fondo de Aportaciones Múltiples (FAM) Fondo de Aportaciones para la Educación Tecnológica y de los Adultos (FAETA), y el Fondo de Aportaciones para la Seguridad Pública de los Estados y del Distrito Federal (FASP). Y cuyos recursos son derivados de los ingresos tributarios y de la producción y venta de petróleo.

En fin, ello ha dado pauta para que algunos habitantes de los municipios de Oaxaca lleguen a la capital oaxaqueña a reclamar lo que “por Ley les corresponde”, bloqueando calles, realizando marchas, plantones y toma de oficinas gubernamentales. Desgraciadamente, la participación de los recursos federales se ha convertido en  “la manzana de la discordia” en las comunidades al fomentarse vicios en beneficio para unos cuantos y no para las poblaciones en general.

Como se recordará, anteriormente  en  los Municipios regidos por el sistema de “Usos y Costumbres”, obligaban a ciertos ciudadanos “nativos” del lugar a asumir el cargo de Presidentes Municipales, sin goce de sueldo, y estos a su vez exigían a los mayores de edad cumplir con el “tequio”.

Nadie por supuesto ambicionaba ser Presidente Municipal, todos huían a la designación de los “tata mandones” y pobladores en general. Sin embargo, al que se rehusara cumplir con el mandato era arrestado, mientras que otros perdían sus derechos al cambiar de localidad.

Hoy la ambición del dinero a violentado los Ayuntamientos, y más con la  introducción de los  partidos políticos. Otro factor también, son  los programas federales como el de  Oportunidades, con el que se fomenta el descuido del campo, porque, entre más hijos tenga el campesino, crece su economía en Oportunidades.

Total, quién tendrá que pagar los “platos rotos”, serán los contribuyentes, y más con las Nuevas Reformas Fiscales.

Ciudad Administrativa
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