Aeronaves del Gobierno; historia de lujo a la tragedia

Las páginas de la historia de Oaxaca registran que  la primera aeronave adquirida por el Gobierno del Estado, fue en periodo de Pedro Vásquez Colmenares (1980-1985). Un avión de lujo,   tipo turbo “Comander” bimotor modelo 1000, el cual sería utilizado para su uso personal durante su mandato.

La compra fue muy cuestionada en su momento debido al alto índice de marginación y pobreza de las comunidades.

Vásquez Colmenares, (de gustos exigentes) y con la experiencia obtenida como administrador de Aeroméxico, sabía que el avión era seguro, pero además ordenó que sus servicios los realizaran técnicos en los Estados Unidos, con cargo (en dólares) al erario público.

Al término de su periodo y al arribo de Haladio Ramírez López, (sucesor en el poder), surgieron los reclamos  del nuevo Gobernador al encontrar los dos motores de la aeronave inservibles, (habían cambiado los nuevos por unos viejos), cuando el servicio era puntual por especialistas de los EEUU. Por lo que tuvieron que inyectarle recursos para ponerlo en circulación nuevamente.

Luego siguió Diódodro Carrasco Altamirano, quién en su sexenio sumaban ya; dos Turbo “Comander” 840, y 1000, además de una avioneta courier, modelo 295, con matrícula XC-SEV.

Carrasco Altamirano, solicitó también a la Presidencia de la República en calidad de préstamo un helicóptero, al que le puso el nombre de Flechador del Sol”, mismo que fue devuelto al final de su mandato.

Como consiguiente, José Nelson Murat Casab, no se quiso quedar atrás, durante su administración adquirió un helicóptero seminuevo de 6 plazas, modelo MD 600, con un costo de 1.5 millones de dólares en el año 2001. Según, la unidad sería destinada a la Secretaría de Protección Ciudadana, para ser utilizada en caso de desastres, como incendios, temblores, terremotos, inundaciones, etc., pero debido a la capacidad, no cubría los requisitos para necesidades de emergencia.

El helicóptero tipo Mcdonnell-Douglas, de color plata y negro brillante, fue conseguido en los Estados Unidos y comprado a una empresa local, con pocas horas de vuelo en su historial.

El compra atrajo los reflectores de la política oaxaqueña ante la grave crisis económica que hasta el momento no se ha recuperado.

Sin embargo, durante el “sexenio turbulento” se suscitaron dos accidentes aéreos de lamentables consecuencias, el primero; el 3 de septiembre del 2004, cuando Murat Casab viajaba a bordo del Turbo “Comander” 1000, sufrió un percance al aterrizar en la pista  del aeropuerto de Santa María Huatulco, se rompió el tren de aterrizaje de la aeronave. Milagrosamente salvaron la vida.

El gobernante estalló en cólera y mandó a traer de emergencia a los mecánicos del Hangar de Gobierno del Estado para reparar el desperfecto ocasionado por la falla mecánica.

Al día siguiente 4 de septiembre, después de no tener éxito en la reparación del aparato, los mecánicos, Eliseo Acosta Navarro y Régulo García Peralta, además del piloto Armando Tello García, cuando regresaban a la ciudad de Oaxaca a bordo de la avioneta tipo courier, modelo 295,  con matrícula XC-SEV, propiedad del Gobierno del Estado. Se precipitó a tierra, perdiendo la vida los tres ocupantes

El accidente ocurrió  a pocos minutos del aeropuerto de Oaxaca, cuando en inmediaciones del de los parajes “Piedra Mojada”, “Los Pocitos” y “La Oaxaqueña”, se le desprendió una ala, al “Zancudo” en el momento que entraba a una “área de turbulencia”.

Personal de aeronáutica civil de la Ciudad de México, especializados en percances de alta peligrosidad dictaminaron que el accidente se debió a “Fatiga de Estructura”, ocasionado por la falta de mantenimiento. De acuerdo a su bitácora debió haber entrado a revisión después de cada 1000 horas de vuelo a través de rayos infrarrojos, tomando en cuenta que fue fabricada en 1973.

En contra parte, quienes conocieron al Piloto, Armando Tello García, reconocieron que era una persona meticulosa, revisaba hasta el último detalle de las aeronaves, como le enseñaron en la Fuerza Aérea Mexicana. “Es algo infantil -dijo un experimentado piloto-, de que al entrar a zona de turbulencia haya acelerado a 210 nudos, cuando al entrar a esa zona se tiene que disminuir la velocidad, y Armando tenía mucha experiencia. Desgraciadamente, por el desprendimiento del ala, era muy difícil que la tripulación se salvara ya que no había equilibrio y el aparato empezó a zigzaguear hasta estrellarse contra el piso”.

Llegó el turno de Ulises Ernesto Ruiz Ortiz, quién para su seguridad luego de los lamentables hechos del 2006, y para desplazarse a sus distintas reuniones de trabajo, rentó un helicóptero marca Agusta 109, matrícula XC-LJW.

La aeronave cuando llegaba al helipuerto de una lujosa residencia en la zona residencial de San Felipe del Agua, se desplomó, a consecuencia de una falla mecánica según los primeros reportes. En el accidente resultó lesionado el piloto, quién se presume viajaba acompañado de su copiloto. La noticia fue a nivel mundial por el conflicto suscitado.

En el actual Gobierno de Gabino Cué Monteagudo, y como lo prometió en campaña. El helicóptero MD- 600, de 6 plazas, adquirido en la administración de José Nelson Murata Casab, fue adecuado para que prestara el servicio de Ambulancia Aérea.

Asimismo, Cué dispuso de otras dos avionetas Cessna 206 de “Alas del Socorro”, una Cessna 180, de los aviónes turbo Comander 840-1000, así como de otros dos helicópteros; uno tipo Bell 407 y  Augusta 109, todos destinados a auxiliar a personas que requieran servicio médico urgente y se hallen en comunidades alejadas de la ciudad.

Lamentablemente  el día 24 de abril del 2013, la ambulancia aérea matrícula XC-AAF, tipo Mcdonnell-Douglas 600, se desplomó en el municipio de Cuilapam de Guerrero, cuando realizaban un traslado de emergencia, perdiendo la vida las 4 personas a bordo; el piloto, Guillermo Chávez Medina, el Paramédico, Pablo Héctor Vicente, un bebé de 24 horas de nacido, y su padre Pedro Martínez, de 22 años de edad.

Hasta el momento las investigaciones por parte de las autoridades de la PGR, PGJEO, se enfocan principalmente en la falta de mantenimiento de las aeronaves. En base a lo anterior, en redes sociales circulan facturas expedidas por la empresa Helicraft Services a nombre de la Dirección de Servicios Aéreos del Gobierno, apreciándose presuntos pagos estratosféricos por mantenimiento y reparación del helicóptero siniestrado el pasado 24 de abril. La última palabra en las investigaciones la tendrán los peritos expertos en la materia. (Archivo Tucán Núm. 59, 103,)

Tragedia del helicóptero MD-600
Tragedia del helicóptero MD-600

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