Quedan comunistas en México y hasta tienen un semanario

Miradas de reportero

Por Rogelio Hernández López

–¡Sí. Son comunistas y no son pocos! —discurría el reportero al examinar el número 100 del semanario Tribuna Comunista sin poder controlar una mezcla de sentimientos de pasmo, melancolía y admiración, por lo veía en ese periódico y lo que este significa.

Una parte del sacudimiento del reportero era por ver el número 100 del periódico –No es fácil, lo sabemos los periodistas, se decía–: 50 páginas, 21 textos diferentes, con diseño gráfico muy aceptable, con fotos y viñetas, bien cabeceado, sin faltas de ortografía y con una sintaxis bastante matizada, pero con ese olor a rancio en el uso de categorías políticas y adjetivos calificativos que se usaban en los años 80. – Para sus propósitos, está bien hecho—se repetía– y es semanal desde hace 2 años. Es digital y se puede imprimir desde formato PDF en cualquier lugar.

Mas la razón mayor de la sorpresa, fue encontrar allí mismo que unos días antes se habían reunido más de medio millar de personas (551) en Tixtla Guerrero, para acordar una plataforma común análoga a los comunistas. Fueron, según la nota, delegados de 58 “referentes” de 12 entidades del país. Decir referentes es aludir a que son organizaciones sociales de resistencia, frentes estudiantiles, sindicatos, movimientos políticos…. Un movimiento de izquierda radical muy heterogéneo, pero bastante afín políticamente.

En la larga lista de “referentes” destacan para este reportero, las representaciones de distintas escuelas normales afiliados a la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México
el Frente Campesino Popular de Chiapas; el Movimiento Revolucionario Convencionista de Chihuahua; #Posmesalto del DF; Asamblea General de Trabajadores del DF; Colectivo por la Democracia y el Socialismo; Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación; Partido Comunista de Mexico Marxista-Leninista; Partido del Trabajo;             Partido Obrero Socialista; varias secciones del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana; Unión Nacional de Técnicos y Profesionales Petroleros; Asamblea Popular de los Pueblos de Guerrero y otros muy locales de comunidades o centros estudiantiles movilizados.

ALGUNOS DE LOS TERCOS

–Esos son algunos de los tercos que no se conforman con lo que pasa en el país ni en las izquierdas de partido y electorales. Son cercanos o iguales a los que hacen el periódico semanal. Conozco a casi todos los del directorio del semanario—rememoraba el reportero, que en 1982 hizo una especie de radiografía de las izquierdas políticas, sociales, sindicales y de todo tipo que entonces existían y la publicó en el libro “Zócalo rojo”.

El Director es Marcos Leonel Posadas quien fuera el último que dirigió aquel semanario del PCM que se encontraba en los puestos de periódicos en los años 70; entre sus principales colaboradores están también Arturo Martínez Nateras, quien fuera el Secretario de Organización del PCM; Daniel Carlos García, dirigente del PCM en Aguascalientes; Gerardo Peláez Ramos, historiador del sindicalismo, la periodista Teresa Gurza. Ese jueves 11 de septiembre harían un acto público en Coyoacán para festejar el número 100 y uno de los presentadores sería el periodista Humberto Musacchio.

POCAS ESPERANZAS

— Su terquedad es lo que más me sacude—insistía el veterano reportero–. Es que no han arriado sus banderas desde que su partido, el Comunista Mexicano (PCM) se fusionó en 1981 con otras corrientes de las izquierdas políticas para dar paso a uno nuevo de carácter electoral y más al centro político, el PSUM, después PMS y luego PRD—rememoraba—Casi todos se resistieron a desparecer como corriente comunista. Ahora son la base de lo que llaman Movimiento Comunista Mexicano (no partido político, porque algunos están en el PRD, otros en Morena, otros en partido más pequeños y siguen juntándose).

Sin embargo, sorprende más esa terquedad porque se han ido acabando las razones para revitalizar una izquierda revolucionaria de carácter socialista y menos comunista. La mayoría de ellos lo saben y si no, en el mismo número publican una amplia entrevista con el historiador Enrique Semo que, con sus palabras sostiene que hay pocos motivos para pensar en una izquierda revolucionaria.

Semo dice que la izquierda partidaria y electoral cambió radicalmente desde 1988 cuando el PRI se dividió y una corriente democrática inundó las estructuras de la izquierda socialista. “El otro sector de la izquierda se desdibujó, en buena parte, por el debilitamiento de los zapatistas, (por el) el derrumbe del socialismo realmente existente, por los movimientos anticoloniales, y por la victoria del neoliberalismo”.

La revolución socialista “se hizo imposible como objetivo práctico. De ahí devino una izquierda mucho más moderada, amplia y heterogénea” sostiene Semo en la entrevista y entresaca varias veces algunos de sus principales defectos

El historiador sostiene que en las izquierdas partidistas y electorales se reflejan los mismo fenómenos de descomposición: corrupción, burocratismo y condenadas a actuar, por separado: “La unidad resulta imposible mientras la izquierda esté dominada por caudillos y burocracias pagadas”.

Y con todo y eso persisten en su idea de tener un movimiento comunista mexicano quienes hacen el semanario Tribuna Comunista y también coinciden con los otros agrupamientos para terquear en darle cuerpo, más sólido y permanente, a un movimiento de izquierda radical. Lo que sí es seguro es que seguirán y nos encontraremos a uno, a varios o muchos de ellos en cualquier movimiento social o político de inconformidad en cualquier punto del país. Son los tercos de las izquierdas socialistas y comunistas.

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Reportero desde 1977, autor del libro Zócalo Rojo. (Edit. Océano 1982) y de investigaciones sobre las izquierdas mexicanas, uno de sus ensayos es PRD, partido sin identidad (Milenio, 2009).

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