Y también se impondrá otro modelo de negocios en periodismo

Miradas de reportero

Por Rogelio Hernández López

Creí escuchar en voz de Francisco Abundis, director de Parametria, que los medios de comunicación reflejaban un índice de confianza social por arriba del 80 por ciento. Esto fue por la mañana del jueves 21 de junio de 2018 durante el noticiero de Nora Patricia Jara en el IMER.

Ese es un datazazo que, contextualizado, dice mucho.

Según esto, ocho de cada 10 mexicanos informados confía en los medios y sus periodistas. Es la víspera de las elecciones más complejas y competidas de la historia del país.

De inmediato quise confirmar tal dato en el sitio web de Parametria y en otros archivos que reportan la confianza de los mexicanos en las instituciones, pero no hallé otro de junio de este año. Aun así, ese 80 por ciento confirma una tendencia y redondea una hipótesis que pronto se confirmará:

Los medios de prensa y los periodistas evitamos ser arrastrados al descrédito que azuela a quienes perderán en las elecciones el próximo 1 de julio; en general los más sinceros y profesionales cumplimos con nuestra obligación de informar con menos ataduras, aunque lo duden las y los colegas de los extremos, o sea los que aún se aferran en el vetusto modelo de convenencias, y en el otro lado quienes exigen que los periodistas nos entreguemos a una sola causa.

Apunta el otro modelo

Después de los comicios, las mayorías de medios de prensa y de periodistas tendremos que adaptarnos, y pronto, a otro modelo de negocios, que se ha abierto paso paulatinamente, por las siguientes presiones:

* Habrá otro modelo de gestión gubernamental desde el gobierno federal que tendrá espejos en varias de las entidades más importantes. El punto de inflexión será, el avance lógico, de la coalición Juntos Haremos Historia. De ganar la presidencia llegará un periodo de cambios y de turbulencias también en los modos de hacer periodismo y negocios en el mercado de la información;

* Será anulada la Ley de Comunicación Social (algunos le dicen la ley Chayote), que el bloque PRI-Verde-Panal impusieron ilegítimamente. Ese mismo jueves 21 la Suprema Corte de Justicia dio entrada a las peticiones de inconstitucionalidad que interpusieron 51 senadores y después la CNDH. Tienen que reformarse las normas que reproducen el viejo modelo de conveniencias y vendrán otras que modifiquen el comportamiento del mercado de la información.

* La sociedad más enterada seguirá demandando más y mejor información de la cosa pública como lo confirma la atmósfera social de los meses recientes, que por todos lados la gente hoy habla de elecciones como de futbol soccer. Gracias a la información periodística seria que circuló, creció la confianza en los noticieros de TV, de radio y en la prensa escrita. Eso, para quienes lo entiendan, es

presión social para que medios y periodistas que quieren el respeto social eludan las viejas formas de disfrazar propaganda como información y complementarse con enfoques verosímiles y críticos.

Se frenó la abducción

A mediados de 2017 este reportero encontró datos de empresas encuestadoras e instituciones acreditadas que permitieron asentar que “La caída en la aceptación social de la Presidencia de la República parecía arrastrar a los grandes medios de comunicación y de prensa…”

En una década los registros de gobierno y prensa indicaron caídas estrepitosas de la confianza ciudadana, casi paralelas, en la presidencia y los medios.

”En los dos primeros años de Felipe Calderón sus indicadores de aceptación superaban los 7 puntos y la credibilidad en los medios indicaba casi lo mismo. A la mitad de su mandato (2009), la aceptación presidencial cayó a 6.1 y los medios casi lo mismo”.

Un años después (2010) Consulta Mitofsky midió la confianza en las instituciones. Ahí los medios ya no fueron arrastrados por la imagen gubernamental. En ese sondeo la Presidencia registró aceptación del 5.7 y los medios ya no le acompañaron al tener 6.6 de confianza.

En 2016 el índice para Presidencia fue de 4.3 y para los medios de 5.7. El distanciamiento de varios medios con El príncipe y frenaron un poco la caída de credibilidad de la mayoría.

Tendencia confirmada

La Tercera Encuesta Nacional de Cultura Constitucional en México la realizó nuevamente el Departamento de Investigación Aplicada y Opinión del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. Su difusión fue al iniciar 2017 y en ella se confirman las tendencias de la confianza social para los medios de prensa; se confirmó ese 5.7 de aceptación.

Pero la caída presidencial y de otros actores políticos tocaron fondo. Una recopilación de datos de la empresa Intelite (agregadora de encuestas) indica que entre 2015 y 2018 la desaprobación social del presidente Peña Nieto fue disminuyendo desde el 2014 entre el 69 hasta un dramático 29 por ciento, de acuerdo a las encuestas de Consulta Mitofsky, GEA ISA, Varela y Asociados y el diario Reforma. Algunas fuentes registran menos del 15 por ciento en el último tramo de su mandato.

En contraste, desde inicios de 2017, una encuesta nacional de vivienda del INEGI confirmó lo que antes se sabía de la confianza social, entre intermedia y alta para los medios: 79 por ciento para los periódicos, 81 por ciento a la radio y 83 por ciento a los noticieros de TV.

Esa fue confirmación de la tendencia de recuperación de los medios y los periodistas en la confianza ciudadana, o seas que el régimen político que representa Peña Nieto, su partido y sus aliados ya no los abdujo.

Por todo esto, el reportero creyó verosímil el dato que escucho de Abundis. El 80 por ciento de los ciudadanos tiene confianza en los medios es un dato mayúsculo. El modelo viejo del sistema comercial de la prensa tendrá que encontrarse con el que se abre paso poco a poco desde 1968, 1988, 2000 y 2016; otro modelo que atiende las demandas sociales de más y mejor información que, por consecuencia hace mayores las distancias entre los periodistas profesionales y los excesos del poder político.

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